
Para Rafael Amor, volver a Buenos Aires es un placer, según cuenta. Para los que tienen la suerte de verlo y escucharlo, es un placer también, y además, un privilegio. Privilegiados los que colmaron la gran sala del Teatro del Viejo Mercado el sábado 30 de abril, donde no cabía un alfiler.
En dos horas de concierto, Rafael interpretó sus canciones, que son historias y relatos que llegan siempre al corazón y dejan pensando a más de uno: el comienzo con tres temas de su último disco, "Independencia": "Hay quién" (Hay quien deshoja la flor por capricho / y quien a diario se aferra a la esperanza...) "Rafael Salvador" dedicada a su hijo y "Pasito a pasito" formaron parte del saludo inicial. Y agregó: "agradezco por venir al público inteligente, y a ustedes ".
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